Pues ahí que al final nos decidimos a hacer la visita a la hermana que vive al otro lado del charco y nos montamos la mamma Teresa, L'Ana y un servidor (y una tortuga de Cabo Verde) en un vuelo de 15 horas camino a Santiago (de Chile) para recoger a la mencionada hermanilla y enganchar un vuelo enseguida a Cuzco vía Lima. Pese a todo, nos dió tiempo a dar un paseo por Santiago, probar el pastel de Choclo y ver el Cerro de Santa Lucía.
Al llegar a Cuzco y sus 3400m de altura, no hicimos caso de ningún consejo y nos dimos una caminata, comimos filetones y brindamos con vino...así que nada, lo primero, una puna (o mal de altura) de las buenas. Pero se cura pronto con té de coca que te ofrecen por litros en todos lados.
Pastel de choclo. ¡Ñum! :P
Santiago de Chile desde el Cerro de Santa Lucía
Al llegar a Cuzco y sus 3400m de altura, no hicimos caso de ningún consejo y nos dimos una caminata, comimos filetones y brindamos con vino...así que nada, lo primero, una puna (o mal de altura) de las buenas. Pero se cura pronto con té de coca que te ofrecen por litros en todos lados.
Gentes de Cuzco
Una de las grandes economías de Cuzco... "Hágase una foto con una llama/vicuña/alpaca"
Puesto de fruta en el mercado...ya nada sabrá igual...
Plaza de Armas de Cuzco. En el Centro del Ombligo del Mundo.
Después de disfrutar de Cuzco, sus vistas, monumentos, llamas y gastronomía por cuatro duros (Soles en su caso), nos alquilamos un taxi que nos acercó hasta Ollantaytambo, aprovechando para ver Chinchero (parada obligada a ver como tejen las lugareñas), las salinas de Maras y las ruinas de Moray (donde se supone que los incas hacía experimentación agrícola a gran escala). Desde Ollanta, donde entramos por los pelos a ver las ruinas, un tren nos acercó a MachuPicchu Pueblo (antiguo Aguas Calientes), del cual salen los buses a MachuPicchu Pueblo (el de verdad). Al llegar, los turistas nos saludaban desde los balcones de los hoteles que dan directamente a las vías del tren. Y es que es lo único que hay en la ciudad. Aprovechado hasta el último centímetro para los turistas.
Enseñándonos a teñir la lana de alpaca
Ruinas de Chinchero. A la derecha, en el pueblo, fiesta de "izar lasbanderas"
Ruinas de Chinchero. A la derecha, en el pueblo, fiesta de "izar lasbanderas"
Salinas de Maras
Moray. Y Morabeza, fiel discipula de DenTom
Ruinas de Ollantaytambo (sí, ya soy capáz de escribirlo sin buscarlo en internet :P
Pero nada nos preparó para el día siguiente. La antigua ciudad Inca es alucinante y ninguna foto que veas antes le puede hacer justicia. Y las vistas desde el WaynaPicchu son más impresionantes aún, después de la larga subida. Aunque hay turistas aquí y allá, quedan difuminados en la larga extensión de la ciudad, que lo domina todo.
Con la boca abierta (por el espectáculo y por la falta de aire), volvimos a tomar tren y taxi hasta Cuzco para intentar recuperar fuerza (y que Mayte siguiera con sus compras) e ir a por el siguiente objetivo: RapaNui (rebautizada sin preguntar mucho a los lugareños como Isla de Pascua).
Miniréplica del autobus de subida. Los de verdad, más grandes y de turistas hasta arriba
MachuPicchu. Nada más que decir
Foto/Certificado "Yo subí al WaynaPicchu"
Con la boca abierta (por el espectáculo y por la falta de aire), volvimos a tomar tren y taxi hasta Cuzco para intentar recuperar fuerza (y que Mayte siguiera con sus compras) e ir a por el siguiente objetivo: RapaNui (rebautizada sin preguntar mucho a los lugareños como Isla de Pascua).