Pues ha sido que, por idea de L'Antón y La Estela (como si a nosotros nos hiciera falta zanahoria para tirar pa'lante) nos plantamos en Polonia.
El grupo, a falta de Ana, se colocó en Krakovia el primer día, tempranito. Así que le dió tiempo a patearse la ciudad, ver el Mercado de Paños, muchas Iglesias, la Barbacana, el Castillo...y ya por la tarde arrastrarse agotados por el barrio judío. Eso sí, después de descubrir que uno puede ponerse morado a comer en Polonia por cinco duros (cuatro slotych). Ya por la noche, el grupo quedó completo con la llegada de Ana, que pudo disfrutar de una cena con vistas al castillo de Wawel...
A comer!
Al dia siguiente, y con poco sueño recuperado (excepto algunos -Antonio- que se pueden dormir de pie, cara al sol y tocándole un violín al oido), nos fuimos camino a Wroclaw, a cazar gnomos. Estela se llevó la primara captura, pero, sin lugar a dudas, el ganador fue DenTom...
Rynek de Wroclaw (y Antonio siendo robado por Estela)
Río Odra con la Iglesia de San Juan al fondo
DenTom, bombero
Continuamos la siguiente jornada con las minas de sal de Wieliczka, que asaltamos al grito de "¡¡Contemplad la grandeza de la Mina del Enano!!". Afortunadamente no tropezamos con ningún Balrog entre sus increibles salas subterraneas, aunque a la velocidad a la que nos llevaban los guía, probablemente los dejamos atrás... Después intentamos ir a ver una de las famosas iglesias de madera, pero se nos hizo tarde y la encontramos cerrada... Para resarcirnos nos dimos otra buena comilona.Río Odra con la Iglesia de San Juan al fondo
DenTom, bombero
Antonio y Estela, con mucha pena, tuvieron que volverse a España, así que Ana, Er Avi y el incomparable DenTom se dirigieron de nuevo a Wroclaw, la ciudad de nombre impronunciable y llena de gnomos. Vimos la Universidad, el jardín botánico y volvimos a pasear por sus calles y por la plaza mayor (Rynek)... y a disfrutar de su gastronomía, claro.
'Creia que el zalmón era gratiz....'
Al levantarnos el siguiente día, descubrimos que Antonio y Estela se habían llevado el sol con ellos. Bajo un diluvio nos fuimos a ver las Iglesias de la Paz, iglesias protestantes que se costruyeron bajo una serie de restricciones muy fuertes cuando los católicos lo permitieron (de madera, sin ornamentos exteriores, a las afueras...) a lo que los protestates dijeron "pues vale" (y las hicieron gigantescas y superdecoradas por dentro).
Simple por fuera...
...espectaculares por dentro
Ya con la base de operaciones en Krakovia de manera definitiva, el día siguiente lo dedicamos a realizar el precioso descenso de Dunajec, en los Tratas, una pena la lluvia y una pena el no saber Polaco, porque el remero era un cachondo que se tiró las dos horas contando chistes... Por la tarde aprovechamos para ver el castillo de Niedzica y una de las iglesias de madera, en en esta ocasión si que encontramos abierta...
Rio abajo por el Dunajec "Esto era un polaco que entra en un bar..."
La penúltima jornada la dedicamos a ver la Ruta de los Nidos de Águila, una ruta por distintos castillos al cual más chulo (desde palacetes hasta clásicos de almenas y patio de armas). Por la tarde, nos fuimos como unos peregrinos más (literalmente, lo juran mis rodillas) al Monasterio de Jasna Góra, en Częstochowa, a ver a la "Virgen Negra", a la que dos ladrones intentaron robar dejandole unas cicatrices en la mejilla que le dan mucha personalidad... Y por la noche, aún nos quedó tiempo para irnos a un garito a escuchar música en directo!
Finalmente, bajo un sol espléndido, nos dedicamos a explorar Krakovia y a que Ana pudiera ver todo lo que se perdió el primer día... todo acompañado de algunas compritas...lástima de ese colgante de ambar que tanto le gustaba a Ana... aunque... la ventaja de tener a DenTom de amigo es que puede hacer compras de manera disimulada ;P
El Dragon de Krakovia echando fuego