He tardado en escribir esta crónica porque, como ya sabéis, el aventurero DenTom decidió quedarse en Jordania, lo que me hace difícil recordar el viaje sin sentir bastante tristeza. Pero la verdad es que fue tan molón que merece la pena que ponga aquí algunas fotos...
El viaje comenzó en Madaba, vía Alemania y vía un taxi loco a las 3 de la madrugada llevándonos a un hotel por enmedio de la nada (y por enmedio de la carretera cuando se quedaba dormido el conductor...). Madaba es famosa por sus mosaicos. Y la verdad es que son espectaculares, aunque a veces tengan que darle con un poco de agua para que se vea algo...
Mosaicos...
Muchos mosaicos...
A continuación, y pasando por el Monte Nebo (donde Moises se quedó sin poder llevar a la Tierra Prometida) y el Castillo de Karak (donde los cruzados y Saladino estuvieron dandose de leches), llegamos a Petra. Espectacular. Musiquilla de La Última Cruzada todo el rato en la mente, hasta que algún burro loco te devolvía a la realidad estando apunto de atropellarte...
DenTom mirando la Tierra Prometida...¿recibió alguna Visión?...
La ruinas de Karak. Conquistadas por Saladino a los Cruzados
Ana, directa a las cocinas de Karak
La archiconocida entrada a Petra
Camellos, solo superados en número por los burros (de dos y cuatro patas)
El Valle de Petra
El Tesoro. Dentro, el Caliz y un anciano cruzado...
Pero hay mucho más en Petra...
mucho, mucho más...
Continuando hacia el Sur, llegamos al Wadi Rum. Desierto. Ahora, banda sonora de Laurence de Arabia, filas de camellos, caravanas de caballos, columnas de turistas locos que caminan a pleno sol mientras las risas blancas de los beduinos brillan desde la sombra que se han buscado...
Los turistas, haciendo el camello en las dunas...
Er Avi, haciendo el mono
Leyendo un periódico un poco atrasado...
Comilona por la noche en el desierto
Y más al Sur (si seguimos nos salimos de Jordania), llegamos a Aqaba. La única playa de Jordania. Buceo espectacular y un contraste con el desierto reciente. Comemos pescado por primera vez. Y bien rico.
La mezquita de Aqaba
"que mé liao aparcando er tanque.."
De Aqaba volvimos al norte en bus. Tras disfrutar en sesión continua de la versión jordana de Bruce Willis (interumpidas por impactantes anuncios del pais), llegamos a Amman, capital del Reino Hashemita. Un caos de ciudad, donde los mapas no valen y que, en ciertas zonas, parece un mercado inacabable...
El Teatro Romano de Amman
Una minúscula muestra del mercado...
Y finalmente, el último día, visitamos Jerash. Después de Pompeya, la cuidad romana más conservada que he visto. Tan impresionante, que Dentom decidió quedarse allí... :(
La puerta Sur a la ciudad de Jerash
Última foto de DenTom... te echamos de menos, pequeño liante :'(
El Ninfeo en la calle princial (el Cardo Máximus)
Este Cardo Máximus...
De vuelta a Amman, pasear por el barrio de Jabal y hacer tiempo, hasta que el avión, de madrugada, nos trajo de vuelta con el recuerdo de la arena del desierto, la vida submarina del mar Rojo, el silencio de Petra al atardecer y el caos de Amman a la hora del mercado... y de un pequeño castor jugando en las calles de una vieja ciudad romana...